jueves, 27 de agosto de 2009

Las Bases Son Nuestras, el País es de Ellos.

Bases yanquis from Sturnella Bellicosa on Vimeo.



Conocida es ya la interesada política de los Estados Unidos en materia de relaciones internacionales; aún más conocido es lo funcional que es el régimen actual para los intereses del gran capital enmarcado en la “globalización”.

El poco democrático, por tanto uribista, acuerdo militar entablado con EEUU es no sólo una muestra ello; es además un hecho más de un largo proceso de vulneración de la soberanía nacional –llamado Plan Colombia- . Es paradójico, pues del norte se asegura que se actúa defendiendo la soberanía e intereses de su país, hecho que nuestra oligarquía en el poder acepta – así cueste sacrificar la nuestra- , pues su interés apunta hacia el mercado global y no a las necesidades reales de la gran mayoría de la población; mayoría que es en ultimas la más afectada y probablemente la que sí valora en algo el territorio de la nación en la que son explotados y por la que luchan decididamente.

Bajo la bandera de enfatizar en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, más la creencia de que así se logrará la paz, no se esconde solo una pésima lectura de la historia y condiciones del conflicto social y político que vive el país; es evidente el interés yanqui por aumentar su presencia, control y vigilancia en el país y de Latinoamérica en general. Es claro el papel estratégico del país en el panorama económico – riqueza natural – y mucho más en el mapa político latinoamericano, en el que se configuran varias victorias de históricas luchas populares – Ecuador, Bolivia, Venezuela-, victorias que potencialmente pueden “desestabilizar” los planes del imperio para su patio trasero.

Este hecho no debe ser entendido como algo aislado, es un paso más en unos planes que responden a una visión estratégica de EEUU; no podemos creer que dichos planes son de cooperación, la historia ha demostrado cuan tozuda es esa afirmación; mucho menos que la solución a los problemas del país consiste en la erradicación de cultivos, de la insurgencia, de la protesta. Una propuesta de paz en esos términos sólo le es útil a los intereses yanquis, sólo es sostenible en un pueblo disciplinado por la fuerza y la represión, es una paz que sacrifica la libertad y garantiza la rapiña del mercado. En ultimas no garantiza la paz, garantiza la seguridad; la seguridad para “globalizarnos”. Hace 106 años ocurrió con Panamá. La historia del país no parece repetirse, parece nunca cambiar.

Por: Grupo de Estudios y Debate Político Iván Ortiz
grupodeestudiosivanortiz@gmail.com

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